DEFINICIONES DE VIOLENCIA Y SUS TIPOS DE VIOLENCIA SEGUN LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD
Definición
de la violencia
Tipos
de violencia
La
clasificación de la OMS, divide la violencia en tres categorías generales,
según las características de los que cometen el acto de violencia:
– La
violencia autoinfligida (comportamiento suicida y autolesiones),
– La
violencia interpersonal (violencia familiar, que incluye menores, pareja y
ancianos; así como violencia entre personas sin parentesco),– la violencia
colectiva (social, política y económica).
La
naturaleza de los actos de violencia puede ser: física,
sexual, psíquica, lo anteriores incluyen privaciones o descuido
.
La
violencia se presenta en distintos ámbitos, por ejemplo, la violencia
en el trabajo, que incluye no sólo el maltrato físico sino también psíquico.
Muchos trabajadores son sometidos al maltrato, al acoso sexual, a amenazas, a
la intimidación y otras formas de violencia psíquica. En investigaciones
efectuadas en el Reino Unido se ha comprobado que 53% de los empleados han sufrido
intimidación en el trabajo, y 78% han presenciado dicho comportamiento.
Los actos
repetidos de violencia desde la intimidación, el acoso sexual y las amenazas
hasta la humillación y el menosprecio de los trabajadores pueden convertirse en
casos muy graves por efecto acumulativo. En Suecia, se calcula que tal
comportamiento ha sido un factor en 10% a 15% de los suicidios.
.Otro caso
es el de la violencia juvenil, que daña
profundamente no solo a las víctimas, sino también a sus familias, amigos y comunidades.
Sus efectos se ven no solo en los casos de muerte, enfermedad y discapacidad,
sino también en la calidad de vida. La violencia que afecta a los jóvenes
incrementa enormemente los costos de los servicios de salud y asistencia
social, reduce la productividad, disminuye el valor de la propiedad,
desorganiza una serie de servicios esenciales y en general socava la estructura
de la sociedad.
Se
presenta la violencia juvenil en personas cuyas edades van desde los 10 y los
29 años. No obstante, las tasas altas de agresión y victimización a menudo se
extienden hasta el grupo de 30 a 35 años de edad y este grupo de jóvenes
adultos de más edad también debe ser tenido en cuenta al tratar de comprender y
evitar la violencia juvenil.
En 2000,
se produjeron a nivel mundial unos 199 000 homicidios de jóvenes (9,2 por 100
000 habitantes). En otras palabras, un promedio de 565 niños, adolescentes y
adultos jóvenes de 10 a 29 años de edad mueren cada día como resultado de la
violencia interpersonal. Las tasas de homicidios varían considerablemente según
la región y fluctúan entre 0,9 por 100 000 en los países de ingreso alto de
Europa y partes de Asia y el Pacífico a 17,6 por 100 000 en África y 36,4 por
100 000 en América Latina. En México, donde las agresiones con armas de fuego
provocan más o menos el 50% de los homicidios de jóvenes, las tasas
permanecieron altas, aumentando de 14,7 por 100 000 a 15,6 por 100 000. Entre
los principales factores de la personalidad y del comportamiento que pueden
predecir la violencia juvenil están la hiperactividad, la impulsividad, el
control deficiente del comportamiento y los problemas de atención. Curiosamente
la nerviosidad y la ansiedad están relacionadas negativamente con la violencia.
MALTRATO A MENORES
En 1999,
la Reunión de Consulta de la OMS sobre la Prevención del Maltrato de Menores
redáctala siguiente definición: “El maltrato o la vejación de menores abarca
todas las formas de malos tratos físicos y emocionales, abuso sexual, descuido
o negligencia o explotación comercial o de otro tipo, que originen un daño real
o potencial para la salud del niño, su supervivencia, desarrollo o dignidad en
el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder.”
Se
establecen cuatro tipos de maltrato de niños por los cuidadores, a saber:
– El
maltrato físico (real o potencial),
– El abuso
sexual,
– El
maltrato emocional (se produce cuando un cuidador no brinda las condiciones
apropiadas y propicias e incluye actos que tienen efectos adversos sobre la
salud emocional y el desarrollo del niño. Tales actos incluyen la restricción
de los movimientos del menor, la denigración, la ridiculización, las amenazas e
intimidación, la discriminación, el rechazo y otras formas no físicas de
tratamiento hostil),
– El
descuido (cuando uno de los padres no toma medidas para promover el desarrollo
del niño estando en condiciones de hacerlo— en una o varias de las siguientes
áreas: la salud, la educación, el desarrollo emocional, la nutrición, el amparo
y las condiciones de vida seguras).
El
Lactante Zamarreado
El
zamarreo (sacudir), es una forma frecuente de maltrato observado en los niños
muy pequeños. La mayoría de los niños zamarreados tienen menos de 9 meses de
edad. Los autores de este tipo de maltrato comúnmente son varones y esto puede
ser más bien un reflejo del hecho de que los hombres, que en promedio son más
fuertes que las mujeres, y no de que sean más propensos que las mujeres a
zamarrear a los niños. Se pueden producir hemorragias intracraneales,
hemorragias retinianas y pequeñas fracturas
“astilladas”
en las principales articulaciones de las extremidades del niño, como resultado
del zamarreo muy rápido. Estas lesiones
también pueden ser consecuencia de una combinación de zamarreo y del golpe de
la cabeza contra una superficie. Hay indicios de que cerca de un tercio de los
lactantes sacudidos violentamente mueren y que la mayoría de los sobrevivientes
sufren consecuencias a largo plazo, como retraso mental, parálisis cerebral o
ceguera.
El
niño golpeado
Uno de los
síndromes del maltrato de menores es el del “niño golpeado”. Este término se
aplica en general a los niños que presentan lesiones repetidas y graves en la
piel, el aparato esquelético o el sistema nervioso. Incluye a niños con
fracturas múltiples producidas en distintas fechas, traumatismo craneoencefálico
y traumatismo visceral grave, con indicios de un castigo repetido.
Afortunadamente, si bien los casos son trágicos, esta modalidad de maltrato es
poco frecuente. Según la Organización Mundial de la Salud, en 2000 hubo unas 57
000 defunciones atribuidas a homicidios en los menores de 15 años de edad. Las
estimaciones de los homicidios de niños a nivel mundial indican que los
lactantes y los niños muy pequeños corren un riesgo mayor, con tasas en el
grupo de 0 a 4 años de edad que equivalen a más del doble de las observadas en
los niños de 5 a 14 años.
Abuso
Sexual
Los niños
pueden ser llevados a servicios profesionales debido a problemas físicos o de
conducta que, cuando se investigan más a fondo, resultan ser consecuencia del abuso
sexual. Los niños que han sido maltratados sexualmente presentan síntomas de
infección, lesión genital, dolor abdominal, estreñimiento, infecciones crónicas
o recurrentes de las vías urinarias o problemas de conducta. Para poder
detectar el abuso sexual de menores se requiere una gran suspicacia y estar
familiarizado con los indicadores verbales, conductuales y físicos del abuso.
Muchos niños revelan espontáneamente el abuso a las personas que los cuidan o a
otras personas, aunque quizá también haya signos indirectos físicos o de
conducta.
VIOLENCIA DE PAREJA
Una de las
formas más comunes de violencia contra la mujer es la infligida por su marido o
pareja masculina. Esto contrasta sobremanera con la situación de los hombres,
mucho más expuestos a sufrir agresiones de extraños o de conocidos que de
personas de su círculo íntimo.
Este
comportamiento incluye:
•
Agresiones físicas: por ejemplo, abofetear, golpear con los puños, patear.
• Maltrato
psíquico: por ejemplo, mediante intimidación, denigración y humillación
constantes.
•
Relaciones sexuales forzadas y otras formas de coacción sexual.
• Diversos
comportamientos dominantes: por ejemplo, aislar a una persona de su familia y
amigos, vigilar sus movimientos y restringir su acceso a la información o asistencia.
En
Monterrey (México), 52% de las mujeres agredidas físicamente también habían
sido maltratadas sexualmente
por su pareja.
Sobre la
dinámica de la violencia en la pareja, parecería haber al menos dos
modalidades:
•
Modalidad grave (llamado maltrato físico) se caracteriza diversas formas de
maltrato, amedrentamiento y amenazas, aunadas a una conducta posesiva y un
comportamiento dominante por parte del agresor.
• Forma
moderada de violencia (denominada violencia común de pareja) en las relaciones
íntimas, en que la frustración y la ira continuas ocasionalmente estallan en
forma de agresión física.
Sucesos
que desencadenan la violencia masculina en la pareja:
– No
obedecer al hombre;
– Contestarle mal;
– No tener la comida preparada a tiempo;
– No atender adecuadamente a los hijos o el
hogar;
– Preguntarle
al hombre por cuestiones de dinero o de sus enamoradas;
– Salir
sin el permiso del hombre;
– Negarse
a mantener relaciones sexuales con el hombre;
– Sospechas,
por parte del hombre, de infidelidad de la mujer.
¿Cómo
responden las mujeres al maltrato?
Algunos
estudios cualitativos han confirmado que la mayoría de las mujeres maltratadas
no son víctimas pasivas, sino que adoptan estrategias activas para aumentar al
máximo su seguridad y la de sus hijos. Algunas mujeres resisten, otras huyen y
algunas más intentan llevar la fiesta en paz cediendo a las exigencias del
marido. Lo que a un observador externo le puede parecer una falta de respuesta
positiva por parte de la mujer, en realidad puede ser un cálculo meditado de
esta, que opta por lo que se necesita para
sobrevivir
en el matrimonio y protegerse a sí misma y a sus hijos.
Factores
de Riesgo
Entre los
antecedentes personales, la violencia en la familia de origen ha surgido como
un factorde riesgo especialmente poderoso de agresión masculina en la pareja.
Estudios
efectuados en el Canadá y los Estados Unidos revelan que los hombres que
agreden a sus esposas frecuentemente son emocionalmente dependientes e
inseguros y tengan poca autoestima, y con dificultades para controlar sus
impulsos.
Consecuencias
sobre la salud femenina de la violencia masculina en la pareja
Físicas
Lesiones
abdominales y torácicas
Moretones
e hinchazón
Síndromes
de dolor crónico
Discapacidad
Fibromialgia
Fracturas
Trastornos
del aparato digestivo
Síndrome
del colon irritable
Desgarros
y abrasiones
Lesiones
oculares
Mengua de
las funciones físicas
Sexuales
y reproductivas
Trastornos
del aparato genital
Esterilidad
Enfermedad
inflamatoria de la pelvis
Complicaciones
del embarazo, aborto espontáneo
Disfunción
sexual
Enfermedades
de transmisión sexual, entre ellas la infección por el VIH/SIDA
Aborto
practicado en condiciones peligrosas
Embarazo
no deseado
Psíquicas
y del comportamiento
Abuso de
alcohol y otras drogas
Depresión
y ansiedad
Trastornos
de los hábitos alimentarios y del sueño
Sentimientos
de vergüenza y culpabilidad
Fobias y
trastorno por pánico
Inactividad
física
Poca
autoestima
Trastorno
por estrés postraumático
Trastornos
psicosomáticos
Hábito de
fumar
Comportamiento
suicida y daño autoinfligido
Comportamiento
sexual riesgoso
Consecuencias
mortales
Mortalidad
relacionada con el SIDA
Mortalidad
materna
Homicidio
Suicidio
El
antecedente de haber sido víctimas de la violencia pone a las mujeres en mayor
riesgo de:
– Depresión,
– Intentos
de suicidio,
– Síndromes
de dolor crónico,
– Trastornos
psicosomáticos,
– Lesiones
físicas,
– Trastornos
del aparato digestivo,
– Síndrome
del colon irritable,
– Diversas
consecuencias para la salud reproductiva.
Se
enumeran a continuación las conclusiones derivadas de las investigaciones
actuales acerca de las consecuencias generales del maltrato sobre la salud:
• La
influencia del maltrato puede persistir mucho tiempo después que este ha cesado
(103, 104).
• Cuanto
más grave es el maltrato, mayores son sus efectos sobre la salud física y
mental de una mujer(98).
• Los
efectos con el transcurso del tiempo de diferentes tipos de maltrato y de
episodios múltiples de maltrato parecen ser acumulativos.
Repercusiones
en los hijos
quejas
sobre la salud física. Estudios realizados en los Estados Unidos y el Canadá
indican que los hijos que presencian episodios violentos entre sus padres
presentan con frecuencia muchos de los mismos trastornos conductuales y
psicológicos de los niños que son maltratados directamente.
Tipos
de prevención
Las
intervenciones de salud pública se clasifican tradicionalmente en tres niveles
de prevención:
•
Prevención primaria: intervenciones dirigidas a prevenir la violencia antes de
que ocurra.
•
Prevención secundaria: medidas centradas en las respuestas más inmediatas a la
violencia, como la Atención prehospitalaria, los servicios de urgencia o el
tratamiento de las enfermedades de transmisión sexual después de una violación.
•
Prevención terciaria: intervenciones centradas en la atención a largo plazo con
posterioridad a los actos violentos, como la rehabilitación y reintegración, e
intentos por reducir los traumas o la discapacidad de larga duración asociada
con la violencia.
Tratamiento
de los hombres que maltratan a su pareja
Las
evaluaciones indican conjuntamente que los programas de tratamiento funcionan
mejor si:
– Se
aplican por períodos más bien largos y no cortos; cambian las actitudes de los
hombres en grado suficiente como para que hablen de su comportamiento;
sostienen la participación en el programa; trabajan en combinación con el
sistema penal, que interviene estrictamente cuando no se cumple con las
condiciones del programa.
En un
estudio realizado por la OMS, en 1995 en diez países de América Latina, se
encontró que las consideraciones económicas parecían tener más peso que las
emocionales. Muchas mujeres, por ejemplo, expresaron preocupación acerca de su
capacidad de mantenerse y mantener a sus hijos. Asimismo, las mujeres entrevistadas expresaron
a menudo sentimientos de culpa o se consideraban anormales. También se mencionaron
la corrupción y los estereotipos por razón de género del sistema judicial y la
policía. El principal factor inhibidor, sin embargo, fue el miedo de que las
consecuencias de revelarle el problema a alguien o de separarse resultaran
peores que prolongar la relación.
El
maltrato de las personas mayores se describió por primera vez en 1975 en las
revistas
Científicas
británicas empleando el término “granny battering”, que
podría traducirse como “abuelita golpeada”. En general, el maltrato de las
personas mayores se puede cometer tanto por acción como por omisión (descuido),
y que puede ser intencional o no. Además, puede ser de carácter físico o
psíquico (este último incluye las agresiones emocionales o verbales), o puede entrañar
abuso económico u otros perjuicios materiales. Cualquiera que sea el tipo de
maltrato, es indudable que el anciano será víctima de sufrimientos
innecesarios, de lesiones o dolor, pérdida o violación de sus derechos humanos
y deterioro de su calidad de vida.
Según la
definición de la organización Acción contra el Maltrato de los Ancianos en el
Reino Unido, adoptada por la Red Internacional para la Prevención del Maltrato
de las Personas Mayores, “el maltrato de los ancianos consiste en realizar un
acto único o reiterado o dejar de tomar determinadas medidas necesarias, en el
contexto de cualquier relación en la que existen expectativas de confianza, y
que provocan daño o angustia a una persona mayor”. Por lo general, el maltrato
se clasifica en las categorías siguientes:
• Maltrato
físico: causar dolor o lesiones, ejercer coerción física o restringir la
libertad de movimientos mediante la fuerza o el uso de drogas.
• Maltrato
psíquico o emocional: infligir sufrimiento psíquico. Maltrato emocional y verbal:
discriminara los ancianos por motivos de edad, insultarlos y usar palabras
hirientes, denigrarlos, intimidarlos, formular acusaciones falsas, causarles
dolor psíquico y sufrimiento.
• Abuso
económico o material: explotar a una persona mayor o hacer uso de sus fondos o
recursos en forma ilícita o indebida.
• Abuso
sexual: mantener contacto sexual no consentido de cualquier tipo con una
persona mayor.
•
Descuido: negarse a cumplir con la obligación de atender a una persona mayor, o
no cumplirla. Esto puede entrañar o no la tentativa, consciente e intencional,
de causar sufrimiento físico o emocional a la persona mayor.
VIOLENCIA
SEXUAL
La
violencia sexual incluye la violación, definida
como la penetración forzada físicamente o empleando otros medios de coacción,
por más leves que sean, de la vulva o el ano, usando un pene, otras partes
corporales o un objeto. El intento de realizar algunas de las acciones
mencionadas se conoce como intento de violación. La
violación de una persona llevada a cabo por dos o más agresores se denomina violación
múltiple. La violencia sexual puede incluir otras formas de agresión que
afecten a un órgano sexual, con inclusión del contacto forzado entre la boca y
el pene, la vulva o el ano
.Formas
y contextos de la violencia sexual
Los actos
de violencia sexual pueden ser muy variados y producirse en circunstancias y
ámbitos muy distintos. Entre ellos, cabe señalar:
– La
violación en el matrimonio o en las citas amorosas;
– La
violación por parte de desconocidos;
– La violación
sistemática durante los conflictos armados;
– Las
insinuaciones o el acoso no deseados de carácter sexual, con inclusión de la
exigencia de mantener relaciones sexuales a cambio de favores;
– El abuso
sexual de personas física o mentalmente discapacitadas;
– El abuso
sexual de menores;
– El
matrimonio o la cohabitación forzados, incluido el matrimonio de menores;
– La
denegación del derecho a hacer uso de la anticoncepción o a adoptar otras
medidas de protección contra las enfermedades de transmisión sexual;
– El aborto forzado;
-- Los
actos de violencia que afecten a la integridad sexual de las mujeres, incluida
la mutilación genital femenina y las inspecciones obligatorias para comprobar
la virginidad;
– La
prostitución forzada y la trata de personas con fines de explotación sexual.
Violencia
sexual contra los hombres y los niños
La
violencia sexual contra los hombres y los niños es un problema grave. Sin
embargo, ha sido dejado de lado por las investigaciones, salvo en lo que se
refiere al abuso sexual infantil. La violación y otras formas de coacción
sexual contra los hombres y los niños se producen en diversos ámbitos, entre ellos
el hogar, el lugar de trabajo, las escuelas, la calle, en las fuerzas armadas y
durante las guerras, así como en las cárceles y en las comisarías.
En las
cárceles, el coito forzado puede darse entre los presidiarios como forma de
establecer jerarquías de respeto y disciplina. En muchos países también se
informa ampliamente sobre casos de violencia sexual cometida por funcionarios de
los servicios penitenciarios, policías y soldados. Este tipo de violencia puede
ejercerse obligando a los presidiarios a tener relaciones sexuales entre sí,
como una forma de “entretenimiento”, o a prestar servicios sexuales a los
funcionarios o directores de la institución Penitenciaria. En otros lugares,
los hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres pueden ser violados
como “castigo” por su comportamiento, pues se considera que transgreden las
normas sociales.
Como
sucede con las víctimas femeninas del abuso sexual, las investigaciones indican
que es probable que las víctimas masculinas de este tipo de agresiones tengan
diversas consecuencias de orden psíquico, tanto inmediatamente después de la
agresión como a más largo plazo. Estas incluyen culpa, ira, ansiedad,
depresión, estrés postraumático, disfunciones sexuales, afecciones somáticas,
alteraciones del sueño, alejamiento de la pareja e intento de suicidio. Además
de estas reacciones, en algunos estudios realizados con adolescentes varones
también se determinó que existía una relación entre haber sido
Víctima de
una violación y el abuso de sustancias, las conductas violentas, el robo y el
ausentismo escolar.
Factores
que aumentan la vulnerabilidad de las mujeres
Una de las
formas más comunes de violencia sexual en todo el mundo es la perpetrada por la
pareja, lo que lleva
a concluir que uno de los factores de riesgo más importantes para las mujeres
(en cuanto a su vulnerabilidad
ante la agresión sexual) es estar casada o convivir con una pareja. Otros
factores que influyen
en el riesgo de violencia sexual comprenden:
– ser
joven; consumir alcohol u otras drogas; haber sido violada o abusada
sexualmente con anterioridad; tener muchos compañeros sexuales; ser profesional
del sexo; mejorar el nivel de instrucción y aumentar la independencia
económica, al menos cuando lo que está
en juego
es la violencia sexual en la pareja; la pobreza.
Entre los
factores que aumentan el riesgo de que un hombre cometa una violación cabe
mencionar los que guardan relación con las actitudes y creencias, así como las
conductas originadas por determinadas situaciones y condiciones sociales que
hacen viable la perpetración de actos de abuso y los sustentan.
La
salud mental
La
violencia sexual se ha asociado con diversos problemas de salud mental y de
conducta en la adolescencia y la edad adulta. En un estudio basado en la
población, la prevalencia de síntomas o signos que hacen pensar en trastornos
psiquiátricos fue de 33% para las mujeres con antecedentes de abuso sexual
durante la edad adulta, 15% para las que tenían antecedentes de violencia
física por parte de su pareja y 6% para las que no habían sufrido malos tratos.
La violencia sexual perpetrada por la pareja agrava los efectos de la violencia
física sobre la salud mental.
También se
comprobó que existe una relación entre haber sido víctima de una violación y
las dificultades actuales para dormir, síntomas de depresión, afecciones
somáticas, consumo de tabaco y problemas conductuales (como las conductas
agresivas, el robo y el ausentismo escolar). Las mujeres víctimas de agresiones
sexuales durante la niñez o la edad adulta tienen mayores probabilidades de
suicidarse o de intentar suicidarse que otras mujeres.
REFERENCIA.
OMS (2002). INFORME MUNDIAL SOBRE LA
VIOLENCIA Y LA SALUD. WASHINGTON, DC: OPS





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